¡Llegamos! Hay una tranquera y un camino. El camino se hace sendero a la vera del arroyo. Lo recorremos expectantes. De repente allí está, la Posada del Castor.

Los recibirán Romi, Nacho o el mismísimo Castor. 

Curiosidad y deseo se apoderan del tiempo y como Alicia en el país de las maravillas, la posada nos sumerge en un mundo de fantasías y nos invita a ser parte de ese mundo.

Es como un sueño hecho de amor y tiempo en las manos de su autor. Encallada en medio de una naturaleza envolvente posee la cadencia ideal de quien busca descanso y belleza. Solo hace falta dejarse llevar.

Tiene su propio lenguaje, es naturaleza y creación. Y como en toda obra de arte hay una idea y un artista.

Nace del romance de un artista y un viejo galpón abandonado, donde Marcelo Rubén Vincenti imaginó un lugar donde pasarla bien con amigos, donde la vida siempre valga la pena. 

Posada del Castor es la visión de su creador

Nos invita a viajar al corazón de las sierras. Desde que cruzamos la tranquera comienza una experiencia única y original.
Descanso, esparcimiento y belleza hacen de la posada el lugar ideal para compartir y vivir un tiempo inolvidable. Al partir nos llevaremos la magia del descanso que inspira y la energía creadora de su autor.

Rodeado de vegetación nativa y del susurro del arroyo, es descanso y contemplación activa, diversión y encuentro. Su diseño original y exclusivo posee la creatividad y belleza de la obra de arte, el oficio del artesano y la precisión ingenieril del “castor”. Un espacio único donde se funden naturaleza y confort, reflejado en el diseño exclusivo de cada una de sus habitaciones y espacios comunes.

Invitamos a disfrutar y recorrer la posada y al hacerlo zambullirse en sus propios deseos, restablecer fuerzas y alimentar sueños.

Las obras de arte despiertan nuestra curiosidad y sin saberlo entramos en diálogo y sintonía con nuestra propia creatividad en su multiplicidad de formas.

El descanso y la hospitalidad no son solo un alto en el camino para reponer fuerzas, son sobretodo espacios de gestación, energizantes desde donde regresamos con fuerzas renovadas a nuestros mundos para transformarlos y hacer brillar la vida que nos circunda en lo cotidiano. Es un espacio terapéutico que nos devuelve la homeostasis perdida en el estrés del tiempo.

Un entorno natural repleto de paz y tranquilidad combinado con una construcción sustentable a base de reciclado de maderas, metales y piedras que se completa con las artesanías y puesta en valor de viejos elementos reconstruidos o refuncionalizados.