Alojarse en una estancia siempre implica acercarse a una porción de historia con aroma a campo, anécdotas sobre la vida de los pioneros, sobremesas a la sombra de algún viejo árbol, que tardó décadas en tener ese porte que hoy cobija a los viajeros. Un fin de semana aquí suele redundar en satisfacción y desenchufe: es un viaje en el tiempo, con descanso garantizado.
A la vera del Camino Provincial en las intermediaciones del Barrio La Hungría, un camino arbolado conduce al imponente casco de “La Hungría Estancia Boutique”.

La gran casona data de mediados del siglo XIX. Construida de adobe con estilo Greco- Romano, la galería frontal sostenida por gruesas columnas clásicas, fue edificada en 1892 por el propietario, Don Benigno Moyano; según se puede observar en el frente de la fachada que se conserva en su estado original. Debe su nombre a un capricho de su dueño, que en honor a su esposa María Teresa y relacionando el esplendor y la popularidad de la emperatriz del Imperio Austro- Húngaro, Maria Teresa de Austria, decidió llamar a la casona “Hungría”. En 1999 es adquirida por los propietarios actuales, quienes comenzaron un trabajo de puesta en valor y reconstrucción, que respeta fielmente la ubicación de la mayoría de los ambientes.